Si extiendes tu brazo, yo extiendo mi vida
La sangre es tan vital
para nosotros como el aire que respiramos. Podemos vivir sin alguno de nuestros
órganos, pero no sin sangre; por eso es tan valiosa. De ahí, la importancia de
la donación, porque un acto solidario de ceder una pequeña dosis de nuestra sangre,
puede servir para ayudar a mucha gente a curarse e, incluso, a salvar su vida.
La sangre humana es tan compleja que
nadie, ningún científico, ningún laboratorio la ha podido reproducir de manera
artificial. La sangre, sólo puede obtenerse de otras personas, mediante la
donación. Todos nosotros, con unas condiciones físicas mínimas, podemos donar
sangre sin perjuicio para nuestra salud. Es más, sin duda resultará beneficioso
para nosotros.
La Asamblea Mundial de la Salud, que es el máximo órgano de decisión de la Organización Mundial de la
Salud, designó que el 14 de
junio de cada año se celebre el Día Mundial del Donante de Sangre como muestra de reconocimiento y
agradecimiento hacia los donantes de sangre de todo el mundo. La fecha
conmemora el nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco, que descubrió el factor Rhesus. El gran logro de Landsteiner es el descubrimiento y tipificación de los grupos
sanguíneos.
La
necesidad de sangre está aumentando en todo el mundo. La contribución de los
jóvenes puede ser importante, tanto donando sangre como reclutando a otros
jóvenes para que se hagan donantes.